Reorganización

Marco Conceptual

Los procesos culturales son de carácter inacabable e inabarcable y se reflejan en las diversas expresiones humanas, incluidos todos los bienes sociales, desde los pensamientos filosófico y científico, hasta la producción tecnológica, la creación artística y el trabajo artesanal.

La administración pública debe partir de tal consideración para articular políticas que posibiliten las manifestaciones culturales, tanto en su dimensión individual como social; desde los actos creativos del artista, que necesariamente se nutren de su entorno, hasta las exigencias colectivas de acercamiento a las manifestaciones artísticas, mediante la revaloración de usos y costumbres y del patrimonio histórico y cultural, así como el acceso a los sistemas actuales de divulgación cultural y a la formación del público.

La toma de decisiones en el ámbito de los organismos de gobierno requiere sumar propuestas y retroalimentar experiencias que ratifiquen, en cada acción, el compromiso con los ciudadanos. La voluntad general, de la que es expresión el conjunto de directrices públicas trazadas en beneficio de los gobernados, debe encontrarse reflejada en todo el tejido social. Los programas tienen que ser al mismo tiempo producto de la voluntad popular. Por lo tanto, es indispensable realizar la Planeación de la Cultura en función del consenso social.